viernes, 13 de abril de 2018

ANATOMÍA DE MI PLE


La tecnología con su multiplicidad de herramientas nos  acerca a nuevos modos de leer, escribir, compartir con otros y aprender  en un espacio en el que no sólo es posible generar un “lugar” de trabajo individual sino favorecer el encuentro multicultural con personas a las que no conocemos. Nos encontramos frente a un nuevo escenario,  un nuevo  “espacio” para  aprender, reflexionar, comentar, consultar, analizar, compartir: el PLE.  En este entorno de aprendizaje, ponemos también en marcha procesos cognitivos superiores para construir conocimiento de manera colaborativa. Por esta razón ,nuestro PLE se integra a los PLN, la “parte social” de un entorno personal.
  
Por eso, y en tiempos como los que corren, la escuela no puede ignorar que los espacios y sitios en los que aprendemos se están ampliando. Este nuevo entorno requiere que nuestros alumnos de hoy  (el de la clase presencial en el aula de una escuela),  empiecen a familiarizarse  con ese conjunto de herramientas tecnológicas que demanda este nuevo paradigma pedagógico. Y es el docente que también tiene que “sacar su cabeza” fuera del aula y pensar cómo hacer para que sus alumnos no sean los excluidos del mañana porque no han tenido posibilidades de acceder a su PLE.
  
Estoy convencida de la necesidad de  reflexionar acerca de nuestros PLE y PLN:  pensar qué hacemos cuando leemos para buscamos información, cuando la  procesamos y   modificamos, cómo la gestionamos y la filtramos, cómo  compartimos el trabajo con otros y lo comunicamos. Estos  procesos de metacognición son valiosísimo para poder modelar luego, los procesos de nuestros alumnos: leer, seleccionar, procesar, crear, comunicar, escribir, transformar…¿Acaso no lo hacemos habitualmente? Quizás sí, pero ahora la tecnología nos ofrece nuevas fuentes, nuevos sitios, nuevas herramientas para potenciar la ejecución de los procesos cognitivos.

 Este trabajo de pensar en mis propios procesos, me llevo en un primer momento a buscar cuál fue mi PLN de la adolescencia y de la infancia: mi escritorio, mi agenda, muchas carpetas, la biblioteca de casa a la que recurría permanentemente, los diccionarios y mi reducido entorno: mis padres que acompañaban mi tarea. Los compañeros, una vez que salíamos del colegio casi no nos veíamos, escasamente usábamos el teléfono para pedir ayuda sobre algo que no entendíamos. Biblioteca escolar, la del pueblo y la de casa ampliaban el mundo…Pocas veces compartíamos, el maestro o nuestro espíritu inquieto eran los únicos destinatarios de lo que leíamos (o escribíamos).

¿Por qué me voy muy hacia atrás? Porque especialmente tuve que cambiar con los años mi PLE y volver, como en la adolescencia, a aprender a gestionarlos.
Descubrir cuál  es mi PLE actual realmente fue un “ejercicio” muy rico: Pensaba, mientras tomaba nota, cómo leo en la web y los sitios que habitualmente utilizo para hacer todo el proceso: herramientas para modificar la información según el objetivo de mi lectura, cómo y para qué tipo de actividad las utilizo, cómo comparto en la red y construyo conocimiento.

 Fue un ir y venir para definir mis propios espacios de trabajo individual y colaborativo. Mientras “repasaba” esto, pude ver que algunas herramientas enlazaban distintas partes de mi PLE. De manera intuitiva fui descubriendo, por ejemplo,  que producía en Blog pero a su vez leía en ellos temas afines a mis gustos:   “No existen ni herramientas, ni estrategias, ni mecanismos que puedan ser considerados como exclusivos de una única parte del PLE. Cada uno de ellos, según el uso que decidamos darle, así como el momento en el que nos encontremos, formaran parte de una estrategia de aprendizaje u otra”

MI  ENTORNO PERSONAL DE APRENDIZAJE



Elegí para la presentación de mi PLE, un Glogster:





No hay comentarios.:

Publicar un comentario

NUESTRA ESCUELA